Poca ropa en las maletas, y llenas de ilusiones, nos lanzamos a nuestra primera gran aventura.
La Gran Manzana, nos esperaba,a las diez. Cinco amigas con sus hijas.
Era un gran experimento,las niñas no se conocían, pero la integración fué perfecta, como por arte de magía se formaron preciosos lazos de amistad, que todavía perduran.
Despues de un largo viaje con escala en Alemania, llegábamos a N.Y..
Las colas de inmigración como en las películas,bueno todo como en las películas, las trapas del metro echando humo, las bocas de riego en las calles, y las típicas escaleras de incendios que tanto juego han dado.
El The Roossevelt Hotel en Madison avenue con su portero ataviado con la chistera nos abria sus puerta.
Gracias al ingles de las niñas y a que siempre encuentras alguien que hable español,llegabamos a las habitaciones.
Con unas magnificas guías de ruta, elaboradas por un gran amigo, que había estado unos meses antes, descubrimos todos sus preciosos rincones.
La Estatua de la Libertad, Times Squere,donde ponen. el árbol de Navidad y patinan sobre hielo,
millones de luces y fluorescentes en el Madison Suquere Garden,ventas de flores día y noche,olores de mezclas de comidas ambulantes,o el pasear tranquilamente por Central Park es lo que te vas a encontrar.
Vas a pasear por la 5ª Avenida con inmensos escaparates y edificios de grandes firmas de la moda,Chanel, Louis Vuitton, Tiffanis, etc, pero si no puedes comprar no te preocupes.Pierdete en Chinatown, en sus furgones o zulos ,donde te llevan con el máximo sigilo, para adentrarte en el paraiso de las imitaciones, donde podras regatear y pasartelo muy bién.
Podras comprar zapatos y zapatillas de marca, vaqueros y camisetas a precios muy asequibles.Literalmente asaltamos los grandes almacenes Macys y Century 21.
Como curiosidad una tienda de muñecas donde la niña y la muñeca se pueden vestir igual, y hay peluquería para estas últimas, esto solo se puede dar en America..
Y entre risas y andar, mucho andar ,acabaron los 5 días, cerrando con dificultad esas maletas que habían llegado medio vacias, y vuelta a casa, ya soñando con preparar nuestro siguiente destino Estambul.
Pero esa es otra historia.
Ana y Ana, Mamen y María, Pilar y María, Gloria y Begoña y Rosana y Nani emprendían el camino de una entrañable amistad.
Quiero agardecer a José Julián y a Carolina que nos dejaros sus guias, gracias a las cuales pudimos hacer el milagro recorrer NY en 5 días.
Rosana.
Me encanta lo que cuentas y además si me apetecía viajar alli con mi hija y unas amigas, despues de leerte mucho más. Te pediré consejo para cuando vaya. Bss.
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