Poco a poco nos han invadido las nuevas tecnologías.
Todavía recuerdo cuando me regalaron mi primer teléfono móvil y mi respuesta fue "¿Yo un móvil? y ¿Yo para qué quiero este trasto? Ahora vivo, bueno creo que vivimos pendientes de él y si se te olvida cuando sales de casa, vuelves para cogerlo porque y si te llaman para algo importante y no te localizan?? Eso cuando los primeros móviles únicamente servían para llamar, que te llamaran y para enviar los típicos mensajitos. Yo llegaba a casa y lo apagaba porque quien me quería llamar ya lo hacía al teléfono fijo.
Pero ahora ha surgido una nueva aplicación de mi "android" que es el whatsapp. Pero el punto culminante por excelencia de esta whatsapp-dependencia ha surgido a raíz de la creación de un grupo, que ha supuesto que para mi esto haya sido el invento del siglo. El susodicho grupo formado por mis 6 amigas y yo, es la monda. Ya podéis imaginaros que lo que no se le ocurre a una, se le ocurre a otra, incluso nos permitimos hasta "discutir" y comentar las series de televisión en directo lo cual es divertidísimo. Imaginaros la situación: en el salón de nuestra casa, con el móvil en una mano, la otra bajo la mantita con la que nos tapamos en el sofá y pendientes de enterarnos de la serie que vemos y de contestar cada 10/15 segundos a cada comentario. Eso sí, condición indispensable, que el móvil esté en silencio porque nuestros maridos, hijos, hijas, perros e incluso vecinos, están hasta el gorro de tanta campanita seguida.
Es tal la dependencia desde que el whatsapp invadió mi vida, que mi teléfono móvil es como un apéndice de mi brazo, que voy al baño, me lo llevo, que estoy poniendo la lavadora, él viene conmigo porque si me lo dejo aquí o allá, cuando vuelvo, tengo 30 ó 40 mensajes de atraso y ESO SI QUE NO, que estoy preparando la comida o la cena, allí está a mi lado (cualquier día lo frío junto con las pechugas o lo meto en la thermomix como un ingrediente más).
Pero qué queréis que os diga? Que estoy encantada, que tengo que cargar la batería casi 2 veces al día, cuando antes una carga me duraba 3 días, bueno ¿y qué? el hecho es que estoy conectada en todo momento con mis amigas, que estoy feliz porque nos damos los buenos días y las buenas noches, incluso hemos aprendido a poner unos dibujitos la mar de monos y nos quedan unos mensajitos muy coquetones.
Así que uniros a la whatsappmanía porque ESTO ES EL FUTURO. Carolina
Todavía recuerdo cuando me regalaron mi primer teléfono móvil y mi respuesta fue "¿Yo un móvil? y ¿Yo para qué quiero este trasto? Ahora vivo, bueno creo que vivimos pendientes de él y si se te olvida cuando sales de casa, vuelves para cogerlo porque y si te llaman para algo importante y no te localizan?? Eso cuando los primeros móviles únicamente servían para llamar, que te llamaran y para enviar los típicos mensajitos. Yo llegaba a casa y lo apagaba porque quien me quería llamar ya lo hacía al teléfono fijo.
Pero ahora ha surgido una nueva aplicación de mi "android" que es el whatsapp. Pero el punto culminante por excelencia de esta whatsapp-dependencia ha surgido a raíz de la creación de un grupo, que ha supuesto que para mi esto haya sido el invento del siglo. El susodicho grupo formado por mis 6 amigas y yo, es la monda. Ya podéis imaginaros que lo que no se le ocurre a una, se le ocurre a otra, incluso nos permitimos hasta "discutir" y comentar las series de televisión en directo lo cual es divertidísimo. Imaginaros la situación: en el salón de nuestra casa, con el móvil en una mano, la otra bajo la mantita con la que nos tapamos en el sofá y pendientes de enterarnos de la serie que vemos y de contestar cada 10/15 segundos a cada comentario. Eso sí, condición indispensable, que el móvil esté en silencio porque nuestros maridos, hijos, hijas, perros e incluso vecinos, están hasta el gorro de tanta campanita seguida.
Es tal la dependencia desde que el whatsapp invadió mi vida, que mi teléfono móvil es como un apéndice de mi brazo, que voy al baño, me lo llevo, que estoy poniendo la lavadora, él viene conmigo porque si me lo dejo aquí o allá, cuando vuelvo, tengo 30 ó 40 mensajes de atraso y ESO SI QUE NO, que estoy preparando la comida o la cena, allí está a mi lado (cualquier día lo frío junto con las pechugas o lo meto en la thermomix como un ingrediente más).
Pero qué queréis que os diga? Que estoy encantada, que tengo que cargar la batería casi 2 veces al día, cuando antes una carga me duraba 3 días, bueno ¿y qué? el hecho es que estoy conectada en todo momento con mis amigas, que estoy feliz porque nos damos los buenos días y las buenas noches, incluso hemos aprendido a poner unos dibujitos la mar de monos y nos quedan unos mensajitos muy coquetones.
Así que uniros a la whatsappmanía porque ESTO ES EL FUTURO. Carolina