domingo, 18 de marzo de 2012

Carlos

Hace justo 22 años, estábamos Jose y yo en casa viendo "Los albondigas en remojo" y me llamó mi madre para decirme que mi padre iría al día siguiente a comprar buñuelos y nos los traería a casa para desayunar. Oye, pues bien, ¡qué detalle!

Yo estaba embarazada y me quedaban aún 20 días para salir de cuentas, aunque esa misma mañana mi madre me había dicho: "Carolina, estás horrible. Tienes una boca muy deformada y un careto ...", eso sí con mucho amor y desde el cariño de una madre, jajajaja.

Bueno, pues bien, me iba a la cama a esperar el dulce desayuno con que mi padre nos iba a agasajar, cuando empecé a notar algo sospechoso en mi barriga, como unos apretones cada cierto tiempo, que se venían repitiendo regularmente.

Se lo dije a Jose y él, muy en su línea me dijo, ¿te puedes esperar a que termine la película o nos vamos ya?. El caso es que esperamos a que la película terminara, por aquello de no hacer el ridículo como primerizos, pero los dolorcillos sospechosos seguían repitiéndose con cierta frecuencia. Así que cogimos los bártulos y nos marchamos a la clínica.

La noche fue tranquila y ya, hacia las 10 de la mañana aquellos dolorcitos sospechosos pasaron a ser unos dolores con mayúsculas y tan de golpe que casi no hubo tiempo de pasarme a la camilla y es que Carlos ya peleaba por venir a este mundo.

Así que justo a las 12 del mediodía nació mi primer hijo, "mi Carlitos", tan bonito, tan redondito, en fin ¡qué os voy a contar! para mi era el niño más bonito del mundo.

Hoy después de 22 años sigue siendo para mi un hijo ejemplar y me siento muy orgullosa de él.

¡Muchas felicidades! Te quiero mucho mi amor. Mil besossssss