Este es un buen momento para escribir sobre este vocablo que hemos inventado en nuestro grupo. No distingo del todo si es un barbarismo o puede llegar a ser un neologismo. Pero no importa. Lo destacable es su sentido.
En nuestras habituales conversaciones mediante WhatsApp, llegó un momento que cuando una no participaba, no era porque estaba desaparecida u ocupada. Era porque no le interesaba la conversación, y estaba metida en su escondrijo. Y nosotras le hemos dado cuerpo a este concepto en forma de verbo con su forma reflexiva incluída. De ahí, “está escondrijá” o “se ha escondrijao”.
Hay días, ratos, circunstancias, en que una necesita escondrijarse. ¿Para qué? Para pensar, para reflexionar, para coger aire y seguir adelante, y a veces hasta para disfrutar de un poco de paz.
Escondrijarse no significa huir. Ni esconderse. Ni estar sola; si acaso sería estar a solas. Escondrijarse es todo lo contrario. Es el ejercicio de encontrarse en estricta intimidad con una misma y a pecho descubierto, para analizar sin ruido distorsionante la existencia cotidiana y los sucesos inesperados, con tres normas básicas que decía mi santo: primera, sin perder la calma, segunda, con actitud positiva, y tercera, sin abandonar el barco; sobre todo sin abandonar el barco, porque siempre hay que luchar hasta el final.
Hoy me ha tocado a mí escondrijarme. No es la primera vez. Ni será la única. Lo necesitaba. Y he venido a escondrijarme aquí, a Mandiles y Tacones. ¿Dónde mejor?
Aquí están, inmateriales pero en esencia, todas nuestras carcajadas, risas, alegrías e ilusiones. Todas nuestras penas, frustraciones, fracasos y desilusiones. Expresadas con más o menos fortuna, a través de las palabras escritas, para que quede constancia. Nuestras virtudes y nuestros defectos. Nuestras luces y nuestras sombras. Nuestra AMISTAD.
Aquí he venido a por un ratito de serenidad en vuestra compañía. Para sosegar mi pulso desbocado. Para tranquilizar mi ánimo agitado. Para decirme a mí misma, sé justa y honesta como siempre; contigo y con los demás, a partes iguales. Para soltar lastre y esta noche dormir en paz.
5 de mar., 17:08 - PilarMMF: Bueno, a donde vayamos tiene que ser la repera... El día 1 estoy en el paro. No sabía cómo decirlo, pero ya está. Ya lo sabéis. Ahora me voy a "escondrijar" un poco. No contesto llamadas. Yo también tengo que asumirlo.
5 de mar., 17:13 - CAROLINA: Pili, no se que decir...
5 de mar., 17:36 - MAMEN: Pili, cuando quieras hablamos. Tu ya lo veías venir.
5 de mar., 18:40 - ANA : Pili cuando quieras hablar dame un toque.
5 de mar., 18:42 - ROSANA: Pili será la repera. Te dejamos escondrijarte unos días. Pero después a la acción. Más que nunca a la acción. Besos.
5 de mar., 19:24 - HMARICHU: ...yo estoy aquí...
5 de mar., 19:39 - GLORIA: Hay que salir adelante, aquí estamos cuando quieras para lo que quieras.
5 de mar., 19:39 - CAROLINA: Además de verdad.
En puridad, la vida laboral no debe empañar, ni por un instante, todo lo demás; aunque el mes que viene, si un golpe imposible de suerte no lo remedia, seré un número más entre los millones de parados de esta España maltrecha.
Gracias chicas (y a tí también Francis). Ya me encuentro mucho mejor. Mañana temprano, tendréis por WhatsApp, mis Buenos Días. Hoy, os mando mis Buenas Noches desde nuestro escondrijo virtual.
